
No es recomendado comer patatas que estén dañadas o verdes bajo la cáscara y siempre elimine los brotes o retoños.
Cuando las patatas brotan comienzan a perder nutrientes, los cuales se desvían hacia los brotes en crecimiento. El almidón que se encuentra en el interior se convierte en azúcar y en los brotes se concentra una sustancia química tóxica llamada solanina. Las patatas contienen naturalmente pequeños niveles de esta sustancia, pero las que no están maduras o las verdes y los brotes contienen niveles más altos. Los alcaloides del tipo de la solanina producen irritación del tracto gastrointestinal, incluso úlceras y hemorragias. Pueden ser causa de intoxicaciones en determinadas circunstancias.
Las patatas que no estén verdes y a las que se les hayan quitado brotes o retoños se pueden comer sin problema.